
Pero esa atonía parece que ha dado un giro. Los grandes proyectos, que siempre se le han torcido, han dado pasos importantes que hacen ver el final del túnel para convertirse en realidades. El Museo del Agua cuenta ya con una aportación económica de Aquagest con la que arrancar las obras en este mismo año; la empresa que rehabilitará la antigua cárcel ha anunciado que comenzará en septiembre, a la vez que la Junta de Castilla y León ha aprobado ya su aportación; el centro de ferias y exposiciones de La Tejera continúa su construcción, aunque en este caso con lentitud.
Gallego puede terminar su cuarto mandato municipal -tercero consecutivo- con proyectos ya ejecutados de gran calado social, cultural y económico. Pero otro gran proyecto, el más importante para el futuro de la ciudad, es el soterramiento del tren, del que se dan pasos a cuentagotas, un proceso que puede estar justificado por la envergadura de la inversión económica, que para algunos sectores le hace inviable.
Y también tiene pendiente el equipo de gobierno la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana, un documento que acumula demasiados años de retraso, con todos perjuicios que están suponiendo para el desarrollo urbanístico e industrial.
Artículo tomado de El Norte de Castilla.