¿Y el sentido de todo esto?

Durante unos días vengo dándole vueltas a cuál es el verdadero sentido de la POLÍTICA y cuál es o ha de ser el fin de la misma. De igual modo, me surgen más preguntas relacionadas que comparto con ustedes. ¿Qué representa?, ¿Qué nos aporta?, ¿Qué ganamos con ella?, pero sobretodo ¿Qué debería ser? y ¿Qué no debería ser?

Su definición “enciclopédica” nos dice que “LA POLÍTICA es el proceso y actividad orientada, ideológicamente, a la toma de decisiones de un grupo para la consecución de unos objetivos, aunque esta no es la definición que me interesa, pues cualquiera puede buscar mil y una definiciones parecidas en cualquier enciclopedia.

Me importa más el significado que tiene para mí y seguramente que también para ustedes. Creo que la política debe servir para dar soluciones a los problemas que se presentan en la sociedad en la que vive, con el objetivo de facilitar la vida de todos y cada uno de sus conciudadanos, dar respuesta a sus necesidades y a su vez garantizar la igualdad de oportunidades y la justicia social.

Para mí la política es algo más que instituciones, cargos, administración de los asuntos público y poder, también es política el conjunto de ideas, creencias, usos y prácticas sociales. Y éstas tienen que estar presentes cuando se está al servició de los ciudadanos, deben ser tenidas en cuenta y no olvidadas jamás.

La política tiene que ser algo más que las orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo delimitado, se han de aunar esfuerzos y fortalecer el proyecto con el objetivo de representar el pensamiento del mayor número de personas y entidades.

El objetivo es trabajar para conseguir poner en práctica una política con sus ideales e ideas, y no la debemos limitar a vencer a determinados sujetos, pues la política se ha de entender en aras de un bien común no como patrimonio de bienes particulares o personalistas.

Los políticos y aún más los jóvenes han de batallar para que la política no se convierta en un circulo donde dominen las vanidades, han de labrar un futuro en que se enaltezca la autentica justificación de la misma, la esencia de lo humano, sus visiones, sus ideas, sus proyectos, la facultad del ser humanos de soñar en tiempos venideros mejores.

Se ha de seguir en la brecha para conseguir que la política sea algo más que una proyección personal para convertirse en una proyección plural, convirtiendo la suma de un equipo-proyecto en algo más que una suma de sus voluntades, en definitiva poner lo colectivo por encima de lo singular. Convirtiendo así la política en la herramienta de muchos y no dejar que solo sea la herramienta de uno.

En definitiva, que la política sea el combate por un sueño y no el combate por el exterminio de unos. Que la política deje de ser un todos contra todos para la supervivencia de uno, para ser un todos con todos por la supervivencia de todos.