El PP y los SMS


Lo que ha ocurrido ayer en la calle Génova de Madrid no tiene precedentes en la historia de este país. Jamás un partido político había sufrido una manifestación en la mismísima puerta de su sede nacional en contra de sus dirigentes, protagonizada y organizada por sus propias bases. Hay que reconocerle, pues, un doble mérito al PP: el espectáculo con el que nos ha brindado ayer ha sido tan histórico como lamentable.

Es una auténtica irresponsabilidad que se haya organizado esta manifestación en las mismas narices de Rajoy. Creo que en el PP, todos necesitan realizar una profunda reflexión sobre el gallinero de exaltados en que se ha convertido el principal partido de la oposición. España necesita del PP en tanto en cuanto su rol como principal actor político y parlamentario de control al Gobierno solo puede ser ejercido por él, en nombre de los más de 10 millones de votantes que, hace unos meses, depositaron su plena confianza en sus candidaturas.

En nombre de la estabilidad política y democrática, en nombre del correcto y racional funcionamiento de sus instituciones, este país no puede permitirse el lujo de tener al principal partido de la oposición dividido en mil pedazos, enfrentados e insultantes contra sí mismos. Que ciertos periodistas matutinos y ciertos directores de periódicos voceen e injurien al actual líder del PP no es causa como para que la semana acabe con manifestaciones, al más puro estilo jornada de reflexión de 2004, pero realizados por su propia militancia. Éste es un signo de extrema y peligrosa debilidad que ningún partido político puede permitirse y, desde luego, mucho menos el PP.